Señor Jesús, Tú viviste en una familia feliz. Haz de esta casa una morada de tu presencia, un hogar cálido y dichoso. Venga la tranquilidad a todos sus miembros, la serenidad a nuestros nervios, el control a nuestras lenguas, la salud a nuestros cuerpos. Que los hijos sean y se sientan amados y se alejen de ellos para siempre la ingratitud y el egoísmo. Inunda, Señor, el corazón de los padres de paciencia y comprensión, y de una generosidad sin límites. Extiende, Señor Dios, un toldo de amor para cobijar y refrescar, calentar y madurar a todos los hijos de la casa. Danos el pan de cada día, y aleja de nuestra casa el afán de exhibir, brillar y aparecer; líbranos de las vanidades mundanas y de las ambiciones que inquietan y roban la paz. Que la alegría brille en los ojos, la confianza abra todas las puertas, la dicha resplandezca como un sol; sea la paz la reina de este hogar y la unidad su sólido entramado. Te lo pedimos a Ti que fuiste un hijo feliz en el hogar de Nazaret junto a María y José.
Manual Encuentro - Oración 23.
P. Ignacio Larrañaga
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