Transformó Jesús la iniquidad en salvación y de paso arruinó a la misma iniquidad. Mi Señor, los injustos acabaron con tu vida ignominiosamente, pero Tú transformaste tanta infamia en amor, nos salvaste porque nos amaste y asumiste por amor tanta iniquidad y así la iniquidad quedó vencida para siempre.
Padre Ignacio Larrañaga, fundador de Talleres de Oración y Vida.

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