Sólo los puros pueden amar. Los puros son los que no tienen intereses, no tienen nada que defender, no tienen por qué desconfiar y por qué tener sus puertas cerradas, ya que no esconden ninguna propiedad. Sólo ellos pueden abrirse, sin recelo y sin cálculo a sus hermanos.
2 de octubre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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