Sólo en la noche profunda de la fe, cuando calla la mente y la boca, en el silencio total y en la Presencia total, dobladas las rodillas y abierto el corazón, sólo entonces aparece la certeza de la fe, la noche se trueca en mediodía y, por fin, se comienza a entender al Ininteligible.
2 de septiembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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