Sólo en la noche profunda de la fe, cuando callan la mente y la boca, en el silencio total y en la Presencia Total, dobladas las rodillas y abierto el corazón, sólo entonces aparece la certeza de la fe, la noche se trueca en mediodía, y se comienza a entender al Ininteligible. Mientras tanto tenuemente vamos vislumbrando tu figura entre penumbras, huellas, vestigios, analogías y comparaciones. Pero cara a cara no se te puede mirar. Eres el Dios de la Fe.
12 de mayo
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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