Si tienes una espléndida figura física, seguramente la amarás. Pero ¿será amor? Probablemente existe una simbiosis entre ti y tu figura. En el fondo puedes decir: yo soy mi figura. Si tienes una memoria brillante o una simpatía irradiante, seguramente vas a amarlas. ¿Amar qué? ¿Tu cualidad o tu persona? Normalmente no existe amor ni odio, rechazo ni acogida de mi persona, sino de las partes de mi persona. No vas a tener problemas en aceptar y amar lo que hay de agradable en tu persona. Tus problemas comenzarán cuando te encuentres con los aspectos de tu persona que no te gustan. Ahí comienzan los rechazos.
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
5 de marzo
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