Para esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, la Iglesia nos sugiere orar por esa causa especial. Pero desde la espiritualidad de Talleres de Oración y Vida, como Guías o como Talleristas, o los circulistas desde los Cenáculos, podemos practicar cada día esta modalidad de oración: El Deporte de amar.
Explicación:
No se trata propiamente de una modalidad de oración, como explicó el Padre Ignacio Larrañaga, sin embargo es una gimnasia mental o un deporte emocional que tiene mucha importancia para el mandamiento que Jesús nos dejó.
Hasta podría parecer una práctica absurda, increíble, pero sus efectos pueden ser prodigiosos, pues en ella están contenidos el perdón, la aceptación, la comprensión, la acogida, en suma “todo el amor evangélico”.
¿Cómo se hace el deporte de amar?
1°. Se hace un silenciamiento de la mente
2° Recogido y concentrado (en oración), se trae a la mente a la persona que , en los últimos tiempos más te ha molestado, herido, ofendido o traicionado.
3°. Se comienza a fijar vivamente la atención en esa persona y transmitirle sentimientos de amor, cariño, benevolencia. Envuélvela mental y cordialmente en un abrazo de inmensa ternura e infinito cariño.
4° Se sale del ejercicio con paz y quietud.
Nota: no se podrá evitar que el amor propio herido se rebele encendiendo fuego y odio contra esa persona. No importa. Ciegamente, incondicionalmente, vivamente, … piensa en esa persona, y ámala incansablemente, envolviéndola con sentimientos de dulzura, ternura y cariño.
Si estás solo inclusive se puede pronunciar en voz alta (audiblemente) las expresiones de perdón y amor: “yo te perdono, yo te quiero, yo te comprendo, yo te amo como Jesús te ama… etc.”
Es posible que puedas llegar a sentir una liberación jamás imaginada. Este ejercicio es extremadamente evangélico, y se puede practicar inclusive sin ninguna referencia a Dios, sin embargo es ampliamente recomendable pedir la ayuda de Dios, y también puede hacerse este ejercicio en “El Espíritu de Jesús”. Y también se puede entregar a esta persona a Jesús, ya perdonada y revestida de nuestros pensamientos de amor evangélico, se puede pedir en oración por su alma, por que sea Dios guiando su camino hacia Él.
Esta modalidad es muy buena cuando nos cuesta amar al prójimo, para perdonar, y recuperar la paz.
CONSEJO:
Si es usted el que ha herido a otra persona: pídale perdón a esa persona, ármese de valor y humildad y pida disculpas, si hizo algo enmiende su error, ya que lo que los hermanos tienen en contra de uno, son estorbos a nuestras peticiones a Dios. El ser hijo de Dios no nos hace inmunes al pecado, siempre vamos a pecar tarde o temprano, pero si estamos orando, nos damos cuenta inmediatamente cuando hemos hecho algo que a Dios no le gustó… y es ahí donde debemos pedirle perdón a Dios, y al hermano que hemos lastimado que vemos.
Si alguien nos ha retirado la palabra o cambiado con nosotros, también acercárnos a esa persona con humildad genuina, morir a nuestro amor propio, y preguntarles si los hemos ofendido ya que no nos hemos dado cuenta de alguna acción o palabra que puede haber herido a las personas.
Oraciones propuestas para este tiempo de oración.
Oración de fraternidad (Estilo y Vida de los Guías)
La gracia del amor fraterno (E. 37 / S. 62)
La gracia de respetarnos (E. 43 / S. 63 / H. 28)
La gracia de dialogar (E. 45 / S. 64)
La gracia de comunicarse (E. 47 / S. 65)
Un amigo a otro ( S. 67 / H. 18)
Conversión Total (E. 39 / H. 25 / S. 50)
La gracia de la humildad (E. 41)
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