En un despliegue de luz y fantasía, y con un racimo de brillantes metáforas, el salmo 139 percibe la omnipotencia y omnisciencia divinas, que envuelven y embriagan al hombre, como una luz, por dentro y por fuera, desde lejos y desde cerca, en el movimiento y en la quietud. Llegado el momento, el salmista queda pasmado por tanta ciencia y presencia que lo desbordan y trascienden definitivamente: «Qué incomparables encuentros tus designios; Dios mío, qué inmenso su conjunto».
27 de octubre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
Uno de mis salmos preferidos, me habla de cuan profundamente Dios nos conoce desde el mismo momento en que fuimos creados , Él sabe todo de nosotros aún antes de que lo hagamos., es una oración para alabar la grandeza de Dios y a la vez nos insta a ofrecernos como servidores suyos para llevar su palabra por el mundo . Gracias por recordármelo. Bendiciones 🙏🙏🙏🙏🙏