Cuando la Iglesia es reducida al silencio y sus testigos son encarcelados o degollados, decís: Todo está perdido. La fuente de la esperanza no está en las estadísticas ni en el fulgor de los fenómenos. ¿Os habéis olvidado de la cruz y del grano de trigo? ¿No sabéis que de la muerte del Señor nace la resurrección del Señor? Recordad: la crucifixión y la resurrección son una misma cosa.
9 de noviembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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