Es más agradable, y sobre todo más fácil, la dispersión que la concentración; y he aquí al hombre en alas de la dispersión, eterno fugitivo de sí mismo, buscando cualquier refugio con tal de escaparse de su propio misterio y problema. Nuestra crisis moderna es la crisis de la evasión.
24 de agosto
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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