No se vence el sufrimiento lamentándolo, combatiéndolo o resistiéndolo, sino asumiéndolo. Y, al asumir con amor la cruz, estamos no sólo acompañándote, Jesús Nazareno, en la subida al Calvario, sino colaborando contigo en la redención del mundo, y más todavía, «estamos supliendo lo que falta a la Pasión del Señor».
4 de diciembre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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