Jesús, hermano y amigo de los pobres,
Siendo rico te hiciste pobre,
Dejaste a un lado a los señores poderosos
Y te fuiste con los olvidados y abandonados,
Y les dijiste que para ellos era la bendición,
El sol y el reino.
Oh Jesús, danos un corazón sensible para los últimos.
Haznos capaces de comprometernos con los abandonados, ¡Oh Rey! de los pobres, Cristo Jesús.
Amén.
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