Llegará el día añadió Jesús que el mar borrará las huellas del dolor, el viento secará las lágrimas y el amor y la muerte se abrazarán y la consolación inundará todos los espacios. Aquel día oh, Señor cuando se abracen el amor y la muerte, el crepúsculo y el amanecer, aquel día tu consolación será como un inmenso mar que inundará valles y montañas y Tú mismo serás nuestra eterna consolación. Amén.
Padre Ignacio Larrañaga, fundador de Talleres de Oración y Vida.

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