Jesús atravesó el escenario de la Pasión vestido de silencio, dignidad y paz, porque se había vaciado completamente; había barrido dentro de Él hasta el polvo de la estatua de sí mismo. Era la Pureza total. Por ser tan humilde, se comportó tan grande. Al final nos amó sin medida porque había llegado al colmo del vaciamiento y de la humildad.
9 de julio
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
Al igual que Jesús quiero vaciarme de todo lo negativo , rencores, envidias, dudas , faltas de fe y recuerdos que no me dejan avanzar en el camino hacia Él, pero he aprendido que debo ser paciente y humilde para reconocer que todo está en sus manos y que aunque el camino es difícil y muchas veces puedo resbalar Él me tiende la mano y me levanta.