Felices los que en medio de la oscuridad de una noche creyeron en el resplandor de la luz. Señor, cuando la oscuridad me envuelva como una noche sin estrellas y me encierre en la duda, cuando no vea nada dame la gracia de creer en el resplandor de tu rostro dondequiera que estés Padre santo. Amén.
Padre Ignacio Larrañaga, fundador de Talleres de Oración y Vida.

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