El poder -sólo el poder- es muerte, el amor es vida. Pero si enlazamos en un mismo acorde el poder y el amor, no habrá raíces podridas que no sanen, ni huesos calcinados que no se revistan de primavera, ni barrancos que no se pueblen de cipreses, ni muerte que no se transforme en fiesta.
10 de junio
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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