El “hágase” de María le dará perpetuamente un formidable estado interior de calma, serenidad, elegancia, dignidad, una categoría interior fuera de serie. No habrá en el mundo emergencias dolorosas ni eventualidades sorpresivas que puedan desequilibrar la estabilidad emocional de la Madre. Antes de ser Señora nuestra, fue Señora de sí misma.
24 de mayo
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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