El apostolado excelso es perdonar las ofensas, alegrarse en las tribulaciones, rezar por los perseguidores, tener paciencia en los vejámenes, devolver bien por mal, no perturbarse por las calumnias, no maldecir a los que maldicen; en suma, vivir lo que el Señor vivió en la Pasión y enseñó en la Montaña.
14 de octubre
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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