"..Dios va siendo cada vez mas Todo, lo Único, el Absoluto, como un torbellino de Pentecostés en el que el Guía entero es tomado y arrastrado, mientras se purifica y el egoísmo se quema en el fuego del Amor, y Dios acaba por transformar al Guía en una antorcha que arde, incendia y resplandece."
¡Estos son los prodigios
espectaculares de Pentecostés!
Ignacio Larrañaga
Circular N°24
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