Cuando se ha tocado el fondo de la indigencia, y no resta ni un adarme de esperanza humana; cuando el hombre conoce y reconoce su desvalimiento, y no le queda asidero alguno donde agarrarse, porque todas las vigas de sustentamiento crujen y ceden, entonces, Dios se levanta, en medio del camino, como la única columna de seguridad.
15 de mayo
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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