¿De qué vale invocar a Dios, cuando el verdadero «dios» que manda es el dinero? ¿Sirve de algo llamarse seguidor de Jesucristo, cuando las armas que rigen y brillan son la explotación del hombre por el hombre, la dominación del hombre sobre el hombre y la competición despiadada por el triunfo económico?
7 de agosto
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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