Dame, Señor la sensatez para reconocer que también yo puedo estar equivocado en algún aspecto de la verdad, y para dejarme enriquecer con la verdad del otro. Dame, en fin, la generosidad para pensar que también el otro busca honestamente la verdad, y para mirar sin prejuicios y con benevolencia las opiniones ajenas.
9 de marzo
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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