Aman las cualificaciones superpuestas a la persona. Pero cuando comiencen a fallar, uno por uno, todos los polos de atracción y quede la criatura pura y desnuda, ¿quién la amará?, ¿quién la mirará?, ¿quién se le aproximará? Sólo un corazón puro y desinteresado. Corazón puro es aquel que ha sido visitado por Dios.
10 de abril
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
Kommentare