Breves fueron mis días entre ustedes, respondió Jesús. Si mi voz llega debilitada a sus oídos y mis palabras se desvanecen en sus recuerdos, mi muerte perdurará como un memorial en sus alturas de edad en edad. En Jerusalén terminare, acabó diciendo. Pero de nuevo volveré del gran silencio como vuelve la pleamar. De nuevo nos comunicaremos y nos sentaremos a la mesa, y la fiesta no tendrá fin.
5 de febrero
El Sentido de la Vida – Padre Ignacio Larrañaga
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