Háblame, Señor, con la dulzura de la brisa
Háblame, Señor, con la dulzura de la brisa, la serenidad de un atardecer, y, sobre todo, con el resplandor inequívoco de un mediodía. 12...
“Nos ha enviado con un buen mensaje para los humildes,para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz.” ISAÍAS 61, 1