Un amanecer radiante nos pueden despertar a Dios
Una noche estrellada, una montaña nevada, un amanecer radiante nos pueden despertar a Dios, pero no son Dios mismo, sino otra cosa:...
“Nos ha enviado con un buen mensaje para los humildes,para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz.” ISAÍAS 61, 1